Análisis AK-Xolotl [Switch] – Adorable y letal

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AK-xolotl es un bullet hell. Los bullet hell existen desde la época de las arcade y han ido evolucionando junto al resto de la industria. Al fin y al cabo, disparar y esquivar son dos de los verbos más antiguos de los videojuegos, junto con saltar. Cuando el roguelike resurgió en el mercado contemporáneo, no es de extrañar que el bullet hell hiciera migas con él rápidamente. Desde algunos cuya inspiración es menos evidente como The Binding of Isaac a otros que lo abrazan completamente como Enter the Gungeon.

Hablando de Enter the Gungeon, AK-xolotl es un juego creado por un equipo valenciano que bebe mucho del roguelite del juego de Devolver, ofreciendo algunas cosas únicas por el camino. El juego ha sido publicado en formato físico gracias a Tesura Games (que desde aquí doy las gracias por la clave que ha permitido realizar este análisis para Nintendo Switch). ¿Está el juego valenciano a la altura de sus inspiraciones?

Ajolote + AK47 + Venganza = AK-xolotl

Como suele ser común en los videojuegos de este género, el lado narrativo queda algo de lado. Por eso el equipo de 2Awesome Studio han aprovechado para usar esta faceta del videojuego como algo cómico. Nuestro querido ajolote ha sido asediado mientras dormía y todos sus compañeros y, más importante aún, toda su comida ha desaparecido. Así que toca vengarse con todos los animales que se encuentren por delante, gracias a una confiable AK-47.

Lo que me gusta de AK-xolotl es que no deja el humor en su historia, sino que mantiene las bromas de forma constante a lo largo de toda la experiencia. Las armas y poderes que podemos obtener son en su gran mayoría referencias o cosas absurdas, desde el escupeguisante de Plant Vs. Zombies hasta una escopeta que dispara elefantes que se divide en aún más elefantes. Estas leyes de la comedia se aplican hasta los jefes, que son juegos de palabras de los cuales cualquier padre estaría orgulloso.

Todos estos puntos hacen que cada vez que interacciones con algo saques una pequeña sonrisa. Es verdad que el efecto se va perdiendo según desbloqueas más contenido, porque las bromas pierden su efecto cuando te las cuentan por quinta vez. Aún así, ayuda a que el tono del juego sea algo relajado.

Volteretas y disparos

La jugabilidad de AK-xolotl es bastante simple y recuerda mucho a Enter the Gungeon y otros rougelites similares. Durante una run hay que disparar a todo lo que se mueve, pasando por pequeñas salas y esquivando las lluvias de balas enemigas. Obviamente esto incluye derrotar a jefes y llegar lo más lejos posible antes de caer. Una vez muramos, podremos realizar varias actividades (que desarrollaré en un punto posterior) para desbloquear objetos, personajes, armas y demás.

Lo más importante en los juegos bullet hell es sin duda como se controla, y en esto AK-xolotl tiene un sobresaliente. Nuestro personaje responde a los movimientos de forma perfecta y apuntar con nuestra arma se hace sencillo incluso en mando (recordemos que este análisis es de la versión de Nintendo Switch). Pocas veces durante todas mis horas de juego he sentido que he recibido un golpe que no haya sido por ser descuidado o no saber a qué enemigo intentar eliminar antes.

En lo referente a los niveles, en vez de contar con mazmorras generadas al azar, simplemente tenemos salas que ir superando mientras seguimos una ruta. Al acabar con los enemigos de una sala se nos ofrecerán diversas salas a las que avanzar, cada una con un tipo de recompensa diferente, por lo que AK-xolotl también cuenta con una parte estratégica y de planificación. Eso sí, no hay un mapa como puede existir en Slay the Spire, así que no podremos planificar una ruta desde el principio, algo que quizás echo en falta, sobre todo cuando solo tocan salas con armas y dinero cuando buscas poderes o vida.

El descanso entre runs

Cada vez me gusta más fijarme en como los roguelites gestionan su tiempo entre runs. Algunos, como Hades, aprovechan a desarrollar su narrativa. Otros, como Slay the Spire, simplemente te ponen los menores obstáculos delante para que vuelvas a jugar.

En el caso de AK-xolotl podemos hacer una gran cantidad de cosas entre una partida y otra. En primer lugar podemos criar a nuestros ajolotes: según la comida (que hay que craftear) que les demos al crecer tendrán una diferente habilidad pasiva y activa, por lo que podemos crear la combinación que queramos. O si no queremos más, podemos sacrificar su amor por un valioso recurso que mejora permanentemente a nuestros personajes.

Captura donde se muestra el proceso de cuidado de un bebé en AK-xolotl
El cuidado de los ajolotes es un punto de calma que se agradece

Por otro lado, podemos comprar nuevas armas y poderes pasivos que podremos obtener a lo largo de una run, permitiendo ir expandiendo nuestro repertorio. Al principio existen muy pocos poderes y armas, pero la cantidad irá aumentando de forma rápida.

Por último, podemos elegir nuestra arma inicial, ajustar las reglas de la partida para aumentar la dificultad (solo si hemos completado una run entera antes) o intentar nuestra suerte en las runs diarias, que nos ponen a un ajolote con un equipamiento concreto para que intentemos conseguir la mayor puntuación posible.

En general estos descansos ayudan al ritmo el juego. A veces criar a muchos ajolotes a la vez puede ser algo pesado, pero tampoco pasa nada si lo ignoras, permitiendo que sigas jugando runs si es lo que te apetece en ese momento.

Captura de la tienda que permite desbloquear varias mejoras pasivas para que aparezcan a lo largo de una run.
Desbloquear nuevos poderes y armas permite disfrutar de nuevas builds

En la variedad está el gusto

Una de las virtudes de AK-xolotl es la variedad de contenido con el que cuenta. Debido a que cada arma tiene una cantidad de balas limitada, estamos obligados a cambiar de armas constantemente, impidiendo que una build concreta demasiado eficaz haga demasiado monótona la experiencia.

Destaca en especial la cantidad de armas y poderes pasivos que podemos adquirir. Además si lo que nos gusta es el coleccionismo, hay también una buena variedad de ajolotes con su respectiva enciclopedia.

Solo hay un problema en este apartado, y es la falta de jefes. En casi todos los mundos encontramos solo un posible boss final, por lo que la excitación por llegar a estos poderosos enemigos se quema rápido. Además, debido a que siempre nos enfrentamos al mismo jefe, es muy fácil aprender su patrón, haciendo que estas peleas pasen de ser un desafío a casi un momento de descanso.

Captura donde aparecen tres poderes pasivos entre los que elegir dentro de una run.
Poder elegir entre varios poderes en cada cofre permite mucha flexibilidad

Un prometedor futuro

Por suerte vivimos en 2024 y los parches son el pan de cada día. De hecho el juego recientemente ha estado recibiendo actualizaciones con bastante contenido nuevo, incluyendo un nuevo mapa alternativo a la ruta clásica con su propio jefe. Así que seguramente AK-Xolotl vaya recibiendo cada vez más contenido a lo largo del tiempo.

Aún así, el juego en su estado actual no se encuentra para nada en mal lugar. Como ya he mencionado anteriormente el contenido permite que cada run sea diferente, y los coleccionistas/compleccionistas tendrán que dedicar una buena cantidad de horas si quieren desbloquear todo lo que el juego tiene por ofrecer.

«Si queréis jugar a un buen roguelite que encima se juega de forma muy cómoda en la híbrida de Nintendo, AK-xolotl cumplirá tus necesidades»

Así que pese a su ausencia de jefes, AK-xolotl merece bastante la pena. Además, pese a que las peleas contra jefes dejan de ser un desafío cuando adquieres cierta experiencia, la dificultad se encuentra en las salas normales, donde el desgaste de varios golpes puede costar una run por muy bien que vaya. Pese a ser un juego donde la acción es constante, mantener la sangre fría y no subestimar a ningún enemigo por pequeño que sea es vital si queremos avanzar.

Un roguelite de lo más competente

AK-xolotl no se siente como una evolución del género, pero cumple de sobra como un roguelite de la rama de Enter the Gungeon y Nuclear Throne que divierte mucho. Partidas no muy largas, acción constante y mucho contenido hace que sea fácil que pierdas las horas jugando sin que te des cuenta.

A veces cuesta que una build sea emocionante, debido a que muchas mejoras pasivas se centran en cosas que no repercuten directamente en nuestro daño (por ejemplo diferentes rastros que ralentizan, inmunidad a un tipo de daño o estados alterados en los enemigos). Las mejoras legendarias son las que más juego dan, porque además requieren un sacrificio. Por ejemplo, el brazo robótico aumenta un 75% nuestro daño, pero a cambio perdemos un 50% de velocidad de disparo. En la práctica esto es un 25% más de daño, pero se convierte en una mejora muy divertida porque cambia mucho como manejamos cada arma. Es una pena que este tipo de mejoras estén tan limitadas en las runs.

Por último, aunque no lo he mencionado, las capturas del análisis hablan por sí mismas. AK-xolotl tiene un pixel art cuidado y muy limpio. No solo es agradable de ver, si no que también es muy difícil confundir elementos en el escenario y cada enemigo se distingue de una forma muy clara.

Captura donde se muestra todo el contenido de la versión deluxe del juego.

Si queréis jugar a un buen roguelite que encima se juega de forma muy cómoda en la híbrida de Nintendo, AK-xolotl cumplirá tus necesidades. Además puedes hacerte con él en su reciente edición física para Nintendo Switch y PS5 (la versión de PS4 llega el 27 de febrero), que dispone de una edición coleccionista de lo más completa.

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