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Berserk Boy ha sido ese juego que no sabía que necesitaba hasta que lo pude probar. Resulta que soy un gran fan de Megaman X, hasta el punto de que he llegado a comprarme una Snes para poder disfrutarlo (después de que una bellísima persona me regalara el juego original de Japón). Así que cuando en el pasado Steam Next Fest tuve la oportunidad de probar varias demos, Berserk Boy estaba en la lista. Una vez jugada la demo, sabía que me encontraba ante un juego que iba a recordar.

El videojuego está creado por el equipo de Berserk Boy Games. Sí, en efecto este es el primer juego de la compañía, un plataformas de acción inspirado fuertemente en las aventuras de Megaman. Berserk Boy se dejó ver por primera vez en un evento hace casi cuatro años, en el IndieLand de 2020, y solo comparando vídeos se puede ver la increíble evolución que ha ido teniendo. ¿Pero está Berserk Boy a la altura de sus inspiraciones? Ya os voy diciendo que sí.

Berserk Boy y los Orbes Berserk

La historia de Berserk Boy es bastante sencilla, pero funciona. Somos un joven, llamado Kei, unido a la resistencia que busca ayudar a la gente y liberarla de la energía oscura, que provoca que aparezcan diferentes sombras en varias ciudades. No somos precisamente un soldado de élite, pero en una de nuestras misiones encontramos a uno de los legendarios Orbes Berserk. 

Por desgracia este descubrimiento viene acompañado del villano del juego, que va a acabar con nosotros justo cuando somos capaces de absorber el poder del Orbe Berserk al que seguíamos la pista.

Así que ahora toca aceptar este poder, unir nuestra fuerza a la de nuestros compañeros Fiore (un pájaro en llamas que parece saber bastante de los orbes Berserk) y Dizzie, (una amiga experta en tecnología que nos ayudará en más de una ocasión) y recuperar todos los Orbes Berserk de cada uno de los secuaces del villano de turno.

Berserk Boy no cuenta con ningún giro de guión demasiado impactante y sus personajes se mantienen bastante en el blanco y negro, sin un toque de gris. Aún así la historia entretiene y sus personajes compensan su falta de profundidad por su personalidad, pese a que tampoco existe una gran cantidad de diálogos dentro del juego.

La velocidad lo es todo

Pero pasemos al núcleo de Berserk Boy: la jugabilidad. Como he dicho, nos encontramos ante la fórmula Megaman, pero con un cambio de enfoque muy interesante. Aquí nuestra principal fuente de daño no son armas a distancia, si no que hacemos daño con nuestro movimiento. Al menos con nuestro primer poder, y el principal, que se corresponde al elemento del rayo.

Esto provoca que nuestra relación con el escenario cambie. Tenemos que golpear a nuestros enemigos con el dash y luego mandar una carga que manda una explosión a todo aquel que hayamos marcado con esta habilidad.

Golpear a un enemigo con el dash también provoca que esta habilidad se resetee en el aire, por lo que podemos encadenar infinito golpes mientras tengamos a un objetivo en la mira y no fallemos a la hora de lanzarlos.

Estos elementos juntos dan lugar a un plataformas frenético. Moverse por los niveles se siente genial y son toda una dosis de adrenalina. Podemos además decidir si es mejor ir acabando con todos los enemigos o usarlos simplemente de trampolín para avanzar lo más rápido posible, así que las propias mecánicas se adaptan a tu estilo de juego.

De verdad que no puedo hacer suficientemente énfasis en lo bien que se controla Berserk Boy. Los controles son intuitivos, los inputs se sienten completamente precisos y en un par de niveles ya te habrás acostumbrado a lo caótico que resulta.

Me lo he pasado tan bien jugando que una vez finalizado quería seguir jugando

Diferentes poderes

Obviamente solo he hablado del primer poder que desbloqueamos, que corresponde al relámpago. Al tratarse de nuestro poder inicial, y uno de los más versátiles, será el que más usaremos a lo largo de nuestra aventura. Pero si te inspiras en Megaman, hay algo que no puedes ignorar: la obtención de poderes.

Berserk Boy lleva esto al siguiente nivel. Aquí no conseguimos un arma cada vez que derrotamos a un jefe, si no que conseguimos un moveset completo. Nuestros ataques, dash y habilidades únicas cambian.

Por ejemplo, con el poder del fuego podremos realizar combos a melee, sustituir nuestro dash por un spin y además conseguiremos la capacidad de atravesar ciertas paredes o movernos por debajo del suelo. Del total de cinco que desbloqueamos a lo largo de nuestra aventura, todos se sienten bastante diferentes para querer usar algunos según la situación.

Además hay un detalle que me ha gustado mucho a la hora de diseñar estos poderes, y es precisamente que cada poder tiene puntos débiles y fuertes muy marcados. El poder de la tierra es el que más daño puede hacer, derritiendo a los enemigos y jefes en segundos (quizás en el caso de los jefes es demasiado fuerte), pero a cambio su movilidad es la peor con diferencia.

Un diseño de nivel variado

Da igual que tengas el mejor control del mundo y los poderes más interesantes del mundo, si los niveles no exprimen estas cualidades tu juego será aburrido. El diseño de niveles es uno de los pilares de Megaman y, como ya hemos visto en otros apartados, Berserk Boy ha sabido adaptarlo a su propia manera.

El progreso de Berserk Boy es lineal. No podemos elegir en que orden hacer los niveles para conseguir un poder específico. Y aunque esto en primer lugar puede parecer una desventaja, el juego ha sabido usarlo a su favor.

Todos los niveles están diseñados para aprovechar al máximo los poderes que ya has desbloqueado, y de hecho siguen un patrón. Cada mundo consta de tres niveles, usando el primero como introducción para el nuevo poder. permitiendo que aprendas  los usos que tiene y cuando conviene usarlo. Los otros dos ya dan rienda suelta a la creatividad para combinar todos los poderes que has desbloqueado hasta el momento.

Esto provoca que haya secciones donde tienes que cambiar de forma frecuente de poder. El problema de tener varios poderes es que es fácil acostumbrarse o abusar de uno, pero si el juego te obliga a cambiar cada cierto tiempo, te verás menos reacio a experimentar.

Aún así, el diseño de nivel del juego no provoca que estos cambios sean imperativos. Muchos obstáculos se pueden superar con otro poder, como por ejemplo volando con tu poder de viento en vez de engancharte a plataformas con tu poder de hielo. Además una buena parte de cada nivel se puede recorrer con cualquier poder, así que la agencia del jugador sigue existiendo en todo momento.

Estética SNES en 2024

Obviamente decir que Berserk Boy parece sacado de la SNES es exagerar, porque se nota el progreso tecnológico que ha habido en estos 34 años. Pero pese a que aprovecha estas herramientas para ser un juego visualmente muy pulido, sigue produciendo esa sensación de ser un juego salido de la época de la guerra de bits.

El pixel art de Berserk Boy es sencillamente increíble. El juego se ve genial, las animaciones son claras y tantos personajes como enemigos resaltan y tienen personalidad. Mi única queja con este aspecto es que a veces hay exceso de partículas y efectos especiales.

La música por su lado, se encuentra también a la altura. Normalmente me cuesta mencionarla porque no tengo ni idea de música, para que mentir. Pero cuando el compositor es Tee Lopes, encargado de la OST de juegos como SonicMania, es difícil equivocarse.

Como remate, en algunos puntos de la historia tendremos pequeñas ilustraciones que ayudan mucho a dar vida a Kei y el resto de personajes. Se echa en falta quizás alguna animación más, como la que se puede ver en los trailers, pero también es comprensible que es algo muy costoso de realizar.

Todo lo bueno acaba

Mi mayor queja con Berserk Boy fue terminarlo. Me lo he pasado tan bien jugando que una vez finalizado quería seguir jugando. Por suerte existe una buena cantidad de coleccionables (con algún secreto añadido) a lo largo de los “15” niveles, además de que si rescatamos a todos los miembros de la resistencia en un nivel, desbloquearemos su versión EX, que es un mapa contrarreloj corto pero bastante intenso.

Si te ha llamado la atención, será una buena compra. La jugabilidad es simplemente sobresaliente. Lo único que me chirría, como ya he mencionado, es la potencia del poder de tierra que trivializa el enfrentamiento contra jefes, pero teniendo en cuenta que si quieres un desafío puedes simplemente no usarlo, tampoco lo veo algo grave.

Llevamos poco de 2024, pero no me da miedo decir que Berserk Boy va a ser uno de mis GOTY de este año. La fórmula Megaman ha vuelto, pero reimaginada para aportar algo nuevo, y no podría agradecerlo más.

Por último, gracias a Lost In Cult por proporcionar la clave de Berserk Boy para este análisis.